El motivo de este artículo es comenzar a hablar de una sustancia perseguida y censurada desde que comenzó a mostrar sus bondades en el tratamiento para autismo y cáncer. Hablo del Clorito Sódico (Na- ClO2), también llamado en su forma biocompatible MMS, CDS, CD, Dióxido de Cloro (ClO2).
Comencé a investigar esta sustancia a raíz de la pandemia de la COVID19, cuando en marzo de 2020 fui consciente de que me sería muy difícil recurrir al servicio público de salud si mi madre, de 94 años y enferma de Alzheimer, contraía cualquier enfermedad que requiriese tratamiento médico u hospitalización.
Siendo fiel a mi formación, comencé a buscar en la rama naturista alguna solución capaz de tratar lo que se llamó Sarscov-2 o Covid.
Me dirigí a la página del señor Josep Pámies, encontrando allí una conferencia muy interesante de la doctora y científica Teresa Forcades, en la que hablaba sobre el Dióxido de Cloro, en forma de MMS y CDS, y de cómo esta sustancia se comenzó a perseguir a raíz de los resultados positivos con enfermedades como la malaria, el autismo, el cáncer, ébola, gripe aviar, etc., por su eficacia en combatir virus, bacterias, hongos y parásitos dañinos para el organismo. También por la imposibilidad legal de que los laboratorios farmacéuticos pudiesen adquirir patentes sobre ella para comercializarla, pues esta sustancia se lleva utilizando desde hace más de cien años.
Busqué más información sobre el Dióxido de Cloro (ClO2) en los espacios convencionales de búsquedas como Google, YouTube, etc., y cual sería mi sorpresa al encontrar artículos advirtiendo de que el Dióxido de Cloro era una lejía, que quemaría mi esófago, mis intestinos, sin duda me produciría la muerte y todas las personas que la estudiaban y la promovían eran unos estafadores con espurias intenciones… Además encontré vídeos sobre personas que daban su testimonio al respecto de sus curaciones, que habían sido bloqueados por YouTube al considerarlos de “contenido inapropiado”.
Finalmente en enero del 2021, mi madre de 94 años contrajo la enfermedad. Gracias a una atención personalizada, la superó en 4 días
Finalmente logré encontrar una conferencia del biofísico alemán Andreas Kalcker, en la que explicaba muy bien qué sustancia era el Dióxido de Cloro y cómo había evidencia científica y médica de que funcionaba para tratar el Sarscov-2. Frente al temor de no volver a ver a mi madre con vida si en algún momento se contagiaba con la COVID19, tomé la decisión de buscar toda la información sobre el Dióxido de Cloro, adquirirlo y comenzar a utilizarlo en mí misma para cerciorarme de los resultados en un sentido o en otro.
En todo caso, no hay nada en la alopatía capaz de curar una gripe, así que ante la situación de pandemia consideré que el riesgo de atreverme, bien valía una vida, al menos la de mi progenitora. Durante cerca de un año lo estuve estudiando, preparando, consumiendo y constaté que además de no causarme daño alguno, era un buen recurso cuando sentía mis defensas bajas.
Finalmente en enero de 2021, mi madre, usuaria de un centro de día, contrajo la enfermedad. En aquel momento estábamos confinadas en casa, las urgencias colapsadas y consideré que era el único remedio con el que contaba para ayudarla. Ella aceptó tomarlo, pues tampoco quería recurrir a la hospitalización. Superó la enfermedad en cuatro días.
Desde entonces me he dedicado a profundizar aún más en el estudio de esta magnífica sustancia llamada Dióxido de Cloro (ClO2). He descubierto de la mano de Andreas Kalcker, el creador del CDS, el increíble potencial de esta sustancia que salva miles de vidas cada día, en todo el mundo, a pesar de seguir censurada y denostada por las compañías farmacéuticas y la medicina establecida, al ser asequible a todos los bolsillos, efectiva, sin efectos secundarios, sin toxicidad, e imposible de patentar.
En mi opinión, un nuevo paradigma sobre la salud está abriéndose paso y no será el que ha declarado la pandemia, sino el que aporta una sustancia como el CDS, capaz de eliminar la mayor parte de patógenos que causan las enfermedades, trabajando a favor del cuerpo sin envenenarlo.
Mi agradecimiento personal a todo el equipo de la revista ConCiencia Magazine y en especial a Julia Xibillé, a la que conozco desde hace años, cuya visión comparto en cuanto a optimismo, pluralidad y respeto hacia cada presencia que contribuye a hacer de esta vida, un mundo mejor.
Gracias por permitirme expresar y compartir a través de la revista la buena noticia de que un nuevo aliado para la salud se abre paso, desde la evidencia y desde lo cotidiano, desde donde nacen las verdaderas revoluciones.
Con Amor.
Este artículo pertenece a la edición 001 de la Revista ConCiencia Magazine. Si quieres leer la revista completa ve a ConCiencia Magazine 001, Edición Mayo 2022