La belleza
reside en los ojos que miran
Editorial
Concordia entre los pueblos
La coincidencia armoniosa entre pueblos (concordia) parece un objetivo fácil de conseguir, si de verdad nos lo proponemos. Bastaría con que aplicáramos a estas relaciones los mismos principios que aplicamos a las de nuestros amigos: el cariño, el mutuo respeto y la colaboración. Tal vez sea utópico decirlo. Pero utopía puede tener dos significados: O bien la derivada del griego “no lugar” o bien como la definía Tomás Moro: “Ese estado imaginario que reúne todas las perfecciones y que hace posible una existencia feliz porque en él reinan la paz y la justicia”.
La pregunta es: ¿En cuál de estas definiciones pondremos nuestras energías?
Instante Santo
Ahora iremos hacia el interior, para recuperar la visión y consolidarnos a nuestro Santo Altar destinado a Dios y a la Verdad, ofrendamos este espacio de lectura al milagro, al instante santo, a la visión espiritual, al mundo real, a la Filiación, al perdón, al cambio de sistema de pensamiento que engendró el ego, para su reinterpretación, a la Luz del Entendimiento que nos conducirá al Conocimiento, mediante el sistema de pensamiento recto, que guía el Espíritu Santo, nuestro Maestro.
A la “causa” que originó el mundo que vemos, a la percepción, con estos conceptos y sus significados, empleados para este cambio de conciencia, de la creencia en la separación hacia la unicidad.
A cómo aprender, a acompañar, al cómo lograr permitir sea establecida la conciencia de perfecta impecabilidad e inocencia de nuestros hermanos en nosotros mismos, Cristo, al Origen y Causa de la Vida; Dios y Su Creación Amor.
Lugares Sagrados
Espacios mágicos, montañas y templos llenos de energías, caminos de transformación, mundos invisibles, poder interior…
¿Es el egregor o la energía acumulada en un determinado lugar lo que lo hace mágico?
¿O lo hacemos mágico al darle el poder transformador, conectándonos con los registros dejados allí por cientos de peregrinos que lo han transitado o habitado?
Y si así fuera, sería un amasijo de energías contradictorias muchas veces, que nos podría alterar más que calmar nuestros estados de ánimo.
Por eso y después de muchos años de vivencias, creo que el lugar sagrado lo llevamos dentro y de esa sólida conexión depende que los espacios externos nos impacten más o menos, llevándonos a estados de profunda reflexión interna o que huyamos de ellos porque su densa vibración, simplemente, no sintoniza con la nuestra.
Percibamos lo que vemos con magia en la mirada, para así convertirnos en creadores del mundo en que vivimos, sintiendo la fuerza que nos permite transformarlo, conscientes de que nosotros, individual y colectivamente, somos los maestros creadores del imaginario colectivo y por lo tanto, los hacedores del cambio.
Con profundo amor transformador.
