El arte como lenguaje del espíritu en el transcurrir de los tiempos de la Humanidad, ha reflejado distintos matices y percepciones de una determinada sociedad y cultura. De ahí, la importancia de un pensamiento crítico y a la vez sensible que nos permita apreciar el verdadero valor del arte.

En épocas de crisis, los artistas han dejado una impronta en la historia, creando obras maestras que evidencian cómo la creación artística ha logrando trascender a otro estado de conciencia el anĭmus (vocablo de origen latino que significa el valor interno para lograr cumplir una intención que requiere de esfuerzo y voluntad). También encontramos esta palabra en su origen etimológico del protoindoeuropeo ane- («respirar»), del griego antiguo ἄνεμος (anemos, «viento») y del sánscrito अनि ल (anitis, «aire»). Por lo tanto, el anĭmus en el arte es el acto creador de tomar un aliento profundo que nos permita ir más allá de lo establecido, para así concebir nuevas formas de co-crear un mundo mejor, ya sea desde lo individual o desde lo colectivo.

En esta segunda edición, queremos darle un especial reconocimiento al arte como camino de creación, reflexión y sanación para mejorar el bienestar físico, mental y emocional de todas las personas. Las prácticas artísticas se ponen al servicio de la salud de los individuos para aprender a convivir en armonía. Resaltando la profesión del Arte Terapia basada en un acompañamiento psicoterapéutico durante el proceso artístico y el Arte Comunitario como herramienta de participación y creación colectiva socioeducativa. Un ejemplo es el proyecto Kids’ Guernica por la Paz, de la Fundación Museo de la Paz de Gernika, que compartimos en este número.

Por otro lado, rescatamos el arte concebido como un estado de goce, meditación y juego, sin mayores pretensiones que el disfrutar, como lo podemos ver en el proceso creativo de la obra del artista Jorge Xibillé. En su entrevista nos amplía su constante búsqueda de la libre expresión y exploración del uso de materiales como deleite personal.

Por último, compartimos un artículo que nos muestra el espíritu de una época conocido como el Decadentismo, principalmente un movimiento literario de finales del siglo XIX, relacionado con la poesía de Baudelaire, el simbolismo literario de Paul Verlaine y la novela À rebours de Joris-Karl Huysmans. Donde el lenguaje artístico simbolista sugestivo se convierte en un refugio ante la angustia de la vida moderna.

El arte y su anĭmus respira lo que estamos viviendo, a pesar de la desolación, miseria, decadencia y guerras sin sentido, tenemos el valor de permitirnos comprender la vida desde otras formas de estar existiendo. Es así como le damos las gracias al poder de la creación, la belleza, la armonía y el color que alivia el dolor de la destrucción.

– Natalia Cajiao.  Directora General ConCiencia Magazine & Coordinadora ConCiencia Arte.